Recetas de repollo gallego para niños y adultos
Existen dos usos principales del repollo gallego: el cocido y el caldo. En realidad, son dos recetas bastantes similares, si bien una se presenta en forma parecida a una sopa (pero más contundente) y la otra no.
Para ambas recetas, es habitual utilizar grelos, nabizas o berzas. Pero si es época de repollo y tienes la posibilidad de utilizarlo, adelante. Comprado fresco en tu supermercado Claudio de confianza, obtendrás un sabor único y lleno de nutrientes.
El repollo se destaca por su alto contenido en agua (hasta un 92%) y por aportar una gran cantidad de minerales, como el calcio, el potasio o el azufre. También contiene ácido fólico y arginina, conocida por su capacidad para combatir gripes y catarros. El repollo también tiene vitaminas A, B, C y E.
Caldo de repollo con patatas
Como ya sabrás, el proceso para conseguir un buen caldo de repollo con patatas empieza mucho antes de poner los ingredientes en la olla. Para empezar, debes tener las habas en remojo durante al menos 12 horas. Con un poco de sal y con una cantidad de agua que las cubra por completo. De esa manera, se van ablandando y también sirve para descartar aquellas que queden muy duras o estén estropeadas.
La carne salada también debes ponerla en un recipiente con abundante agua desde el día anterior, cambiando esta agua al menos una vez. Con esos pasos hechos, ya puedes dar rienda suelta al fuego.
El primer paso es juntar en la olla las habas con la carne que hayas elegido, unto (si quieres añadirlo) y algún chorizo. Esta mezcla debe hacerse durante una media hora, más o menos. En ese momento, debes añadir las patatas cortadas a tu gusto. En forma de lasca o en cubitos son las más habituales. Debes cocinar durante otros 15 minutos y, a continuación, retirar la carne y el chorizo.
En ese momento, añade el repollo y deja que se cueza junto a las patatas durante otros 20 minutos. Y tu increíble caldo de repollo gallego con patatas ya está listo para tu disfrute.